Burghart Schmidt
¿Caminos hacia la escultura de sonido?





Hace tiempo que el incrementar acelerante de las tecnologías de comunicación y el aumentar acelerante de sus resultados a tráves de la electronización fue declarado el nuevo carácter del tiempo actual economica, politica y culturalmente, quiere decir también divertidamente en la sociedad industrial y sus areas de predominio. Las así llamadas artes plásticas no pueden pasar por este fenómeno. Puesto que de alguna manera les habita como cada arte, la determinación en el sentido de destinación de aprobar en sus proyectos, por lo menos a título de ensayo, todos técnicas de producción disponibles. Y por otro apretan en lo posible hacia las conexiones de comunicación de lo más ancho; sus productos tienden en su sentido a ampliar la publicación, incluso para el artista "recluido". ¿Y qué puede crear más ampliación de publicación que las tecnologías mediales electronificadas de hoy?

Ahora parece que tendencias de marcha opuesta del plástico-artístico obren en contra. Electronificación significa sobre la corriente, tomado como metáfora, un temporalizar. Mientras las artes plásticas aparentemente habían que ver en un aspecto esencial con la intención del permanecer y en cierta expectación lo tienen hasta hoy. Por cierto, desde el principio del arte ya existían comienzos hacia arte temporal como el teatro o la música. Pues, en estos comienzos supuestos aparece sobre la motivación hacia la producción el tema del tiempo como su deseo, arte también para las obras permanecibles, en las cuales lo momentaneo se manifiesta como paralización momentanea, pues el permanecer como impresión de temporalidad. Y si ahora se piensa que la pintura temprana igual que la escultura se habían creado para ritualidades, se puede evaluar lo permanente principal como requisito de lo ritual. Eso se transforma a los comienzos de arte temporal del teatro, encuentra ahí su destino razonable.

Y en todo sitio donde hasta hoy arte se anuncia por ritualidad, está presente alta tensión diseñada entre permanecer intencional y temporalidad intencional. El tema del tiempo para las artes plásticas no es por nada tema entre otros, sino forma la trama de base. Como presentimiento tal vez viene todavía aquel modelo de crítica de arte, que en cualquier sitio en toda arte existe como el gran milagro de incorporación de partes excluyentes: tranquilidad tropezada de acontecimiento, excitación moderada etc hasta superficialidad profunda y profundidad superficial. Como dice un chiste: ajo es rico. - Chocolate es rico. ¿Qué rico deben de ser ajo y chocolate juntos? Lo ridículo del modelo mostrado de crítica de arte sigue aparentemente sólo de una desmedracidad enorme del sentido para la ritualidad, sirviendose como estado inmediato dado, lo que solamente como suceso diferenciado ganaría plausibilidad.

Pero la predilección clásica de la edad moderna quiere hacer del arte el terreno de la espontaneidad (per se), y eso lleva en la interpretación hacia la caricatura permanentemente; se compare la mofa de Thomas Bernhard de las artes plásticas como fracaso de fatiga en suposición de entusiasmado de la espontaneidad; se entusiasma pues por caricaturas que hubieran sido accesibles más facilmente. En contra de lo clásico permanece vivo el tema del tiempo en las artes plásticas, por lo cual los períodos clásicos con su sobrecarga de permanecer hacia la obcecación del permanecer, solamente permanecían poco, luego se dedicó de nuevo al trabajo de mediar sobre el escudriñar del factor tiempo. La escultura como asunto tri-dimensional lo tenía más fácil, porque necesitaba en su intentada perfección clásica el circular del espectador, incluso con el relieve en forma de casi ver alrededor. El observar en conmoción necesaria, forzada por el tipo de objeto, aseguraba de esa forma el factor tiempo como momento crucial. El manierismo conscientemente mediante, problematizando mediación, lo reforzaba, proyectando su esculturidad justo a una cierta posición del observador. Con eso se ahorraría sin duda el pasear alrededor, pero un moverse diferenciado observando, comparando en plan de observar tiene que llegar a la posición supuesta, y revisar orientado en el objeto, prodicimiento enteramente. El barocco tomaba la perspectiva diseñada saliendo de un sentido de ritualidad del manierismo, y era también la moción de juntar las artes de tiempo teatro y música con la plástica, el mover del espectador en vez del comprender del que quiere permanecer.

En el manirístico y el barocco se puede sentir la afinidad de lo plástico al fílmico, que en americano-inglés tan gráficamente se llama movies, mientras la palabra alemana se limita al la técnica de producción. Lo fílmico aumentaba la temporalidad de lo plástico de una manera, que analogías con lo musical eran de lo más cercano. Y de lo resultativo quedó lo fílmico con todo cambio tecnológico uno de los caracteres más importantes de los nuevos medios. Lo que en consecuencia les fue opuesto por la adapción técnica a lo plástico en sus acciones y perspectivas, especialmente en lo escultural, tiene sus antecedentes intencionales en la historia del arte, y más cuando se siguen los rasgos de lo ritual en el arte. Habría que subrayar la tendencia de lo plástico, especialmente de lo escultural hacia el arte de temporalidad.

Pero ahora del otro extremo de arte de temporalidad, la música: en cuanto a la cuestión del mediarse de música con lo pintoresco o lo escultural, de lo cual finalmente se da algo como escultura de sonido u onomatopeya, se puede prescindir de una circunstancia tradicional, que música se crea en lo instrumental hasta la voz cantante en estructuras del espacio, pues en un tomar del espacio y dividirse en el espacio, que parece considerable en el espacio, fuese como grupo orquestral con instrumentos o como coro o como grupo de cantantes, que muchas veces se hizo motivo de pintura, también motivo de escultura, para representar música completamente desde fuera. Igual se puede prescindir de la circunstancia tradicional de la interpretación que permanentemente debe emplear conceptos espaciales o imágenes de palabra para hablar de música, en el fondo a lo lejos sin excepción; piénsese a tonos altos o bajos, imágenes onduladas etc. Si en consecuencia se piensa incluso en los emprésitos de los pintores, hablando de tonos claros y oscuros etc, lo que a Kandinskij le llevó a entender lo pintoresco como música, de composición a composición en ritmización. Por tercero: esculturas de un material dispuesto a oscilar, involucrado en grados de libertad, eso serían exclusivamente instrumentos libres, pero piénsese en la imaginación antigua de la música esférica, que entonces tendría el carácter de una escultura natural. O dentro del crear humano la palabra de Arthur Schopenhauer: estatuas había muchas, y el sol brillaba sobre todas, pero solamente la de Memnón sonaba. Todos los tres puntos de vista, de los cuales se puede prescindir en un sentido directo, pero sí contienen referencia a la formación de espacialidad en lo temporal de la música según una topología, si se entiende por topología una posibilidad de diferenciar de una estructura espacial de correspondencias en las relaciones de lo diferente, un espacio-como-si sin posibilidad de espacio real, tal como se habla forzadamente de un cuerpo de resonancia con auxilio de aspecto espacial. Eso tiene que ver con el progresado ser matemático de la música. Y por lo tanto también en lo musical hay una tendencia hacia lo plástico y especialmente a lo escultural. De nuevo se expresan también aquí tendencias vetustas, lo que empieza a seguir del esforzarse de lo plástico-artístico en la utilización de los nuevos medios saliendo de lo electrónico para sus deseos de presentación, tendencias que nunca cedían del todo.

Por cierto, el trabajo de la esculturidad con las nuevas tecnologías no representa el único camino hacia la escultura del 3. milenario después de J.C. Se divide en si mismo en diferentes caminos. Hay mucha aclaración con la apariencia de aparatos por los cuales trabajan las nuevas tecnologías; por fin eso representa uno de los cambios más fundamentales de nuestro alrededor sensual y penetra desde mucho nuestros espacios de miedo y deseo. Luego aclaración con la utilización ingenua de estos aparatos. Y luego el imaginar ciencia-ficcional con ambas. Y tarde sigue el intento de involver las nuevas tecnologías para la producción de una nueva esculturalidad de nada más que temporalidad, de nada más que espacialidad sonora. ¿Qué se ganaría con eso aparte de nuevas experiencias sensuales, que en cada caso ya fuese mucho? Transcendencia central, aun en cierto sentido decentralizando, estaría en el ampliar de nuestra avenencia a través de recubrir, integrar de categorías de conceptos hasta ahora divididos como lo plástico-artístico, incluyendo la escultura y la música. A que aprendieramos de oir esculturalmente y ver sonando. Llevaríamos así tecnologías que fueron desarollados para puro tráfico, a un más. Todo lo demás debe de dejarse a la apreciación de los proyectos destacados que hacen uso de las posibilidades aludidas a nivel general, realizando situaciones concretizantes presentantes. De nuevo juntar lo dividido a nivel de realización sería preciso después de tantos años de todo en uno, uno en todo.